En los últimos tiempos se está debatiendo con intensidad sobre la creación de valor en una organización a través de la Responsabilidado Corporativa y la sostenibilidad. La pregunta es: ¿están realmente las empresas considerándolas como una ventaja competitiva?, ¿lo son?
Parece que sí. Al menos, eso es lo que desprende el estudio realizado por MIT Sloan Management Review y The Boston Consulting Group: “Sustainability: The ‘Embracers’ Seize Advantage”. Este informe, realizado a nivel mundial, ha identificado dos tipos de empresas: las embracers, que han internalizado en su estrategia de negocio la sostenibilidad en todas sus vertientes, y las cautionsadopters, empresas que todavía están adoptado este tipo de políticas.
La conclusión es contundente: aquéllas que han integrado la sostenibilidad en todas sus áreas de operaciones cuentan con mayor ventaja competitiva, tienen más capacidad de innovar y, por lo tanto, de crecer, además de fidelizar más a sus empleados y clientes. Por eso, a pesar de la crisis, continúan invirtiendo en sostenibilidad para conseguir una diferenciación respecto a sus competidores. También se considera la sostenibilidad como una garantía para obtener una buena reputación empresarial.
Por lo tanto, integrar intangibles que hace escasos años no se tenían en cuenta, como adoptar compromisos con los grupos de interés, innovar en eficiencia energética o una buena gestión de residuos en la gestión empresarial, se configura como una apuesta clara de futuro y las organizaciones, cada vez más conscientes de este hecho, buscan en este tipo de políticas un factor diferenciador que les aporte una ventaja competitiva.
Arantxa Lorenzo está cursando el Máster de Alcalá en RSE