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Nube Pública, Privada e Híbrida: ¿en qué se diferencian?

En este artículo, veremos qué son y en qué se diferencian los tres tipos de nubes. Al final, entenderemos mejor su aplicación en la vida diaria.

El modelo de computación en la nube ha sido un gran éxito tanto para las empresas como para los consumidores. Ha permitido a las empresas tener más flexibilidad en sus operaciones y, a los particulares, almacenar sus datos en la nube. Pero, ¿qué es exactamente una «nube»? ¿Y cuál es la diferencia entre la nube pública, privada e híbrida?  

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Nubes públicas, privadas e híbridas: principales características 

La computación en la nube es una gran forma de almacenar datos y optimizar operaciones. El modelo de la nube ha tenido éxito por muchas razones, pero una de las principales es que ofrece mayor flexibilidad sin sacrificar el control sobre los datos. 

Ahora bien, existen tres tipos de nubes: públicas, privadas e híbridas.  

Nubes públicas 

Suelen ser accesibles para el público en general, ya que el objetivo es compartir datos o brindar acceso a servicios como aplicaciones web y clientes de correo electrónico. En general, vamos a elegir una nube pública cuando queremos que el usuario pueda cargar o descargar información del servidor a voluntad.  

Los servicios de nube pública almacenan nuestros datos en una ubicación que no es nuestra, sino del proveedor, y que es compartida entre otros clientes que también utilizan el servicio. No obstante, con este modelo vienen importantes ventajas:  

  • Costes más bajos:no hay necesidad de invertir en hardware o software, en cambio, pagamos por el servicio que usamos. Esto se debe a que, por lo general, las nubes de almacenamiento público fijan un pago por uso, 
  • liberándonos de las grandes inversiones iniciales.  
  • Podemos olvidarnos del mantenimiento:el proveedor se encarga de estas actividades.  
  • Escalabilidad: a medida que nuestro negocio crece, podemos acceder a recursos más avanzados para acompañar las nuevas necesidades de la empresa y de nuestros clientes.  

Nubes privadas 

Normalmente, no son accesibles al público en general, ya que requieren algún nivel de autentificación (como una contraseña para acceder). Algunos ejemplos son los sitios para compartir archivos con personas específicas, como Box.  

En el contexto de las organizaciones, elegimos una nube privada cuando queremos un entorno digital donde podamos alojar nuestros datos de manera segura y que la información sea fácilmente accesible para nuestro equipo, proveedores o clientes.  

Una nube privada puede estar ubicada en el centro de datos de nuestra empresa, si tenemos uno, o bajo el resguardo de un proveedor externo. En este sentido, el funcionamiento es similar a la nube pública, con la diferencia de que el hardware y el software estarán dedicados exclusivamente a nuestra empresa. 

Siendo así, hay diversos beneficios que podemos extraer de estas nubes de almacenamiento:  

  • Más control y privacidad: en vista de que los recursos se mantienen en un entorno dedicado solamente a nuestra organización, la percepción de seguridad y privacidad es mayor. Por ese motivo, puede que nos despierte más confianza elegir nubes privadas para alojar copias de seguridad de la empresa.  
  • Las condiciones son más flexibles: somos libres de personalizar el entorno según las necesidades de nuestra empresa.  

Nubes híbridas 

La nube híbrida combina nubes públicas y privadas en un esfuerzo por ofrecer lo mejor de ambos mundos.  

Por ejemplo, se puede hacer uso de la infraestructura pública y al mismo tiempo conservar cierta privacidad utilizando una máquina virtual en un entorno privado. La ventaja es que este tipo de servicio reúne los beneficios de ambos modelos sin experimentar sus desventajas o limitaciones de forma directa. 

Entonces, ¿qué tipos de nube son la adecuadas para mi empresa? 

La respuesta a esta pregunta depende de las necesidades y el presupuesto que tengamos. Para las empresas con necesidades de TI relativamente bajas, las nubes públicas pueden ser una gran opción. Para las empresas que necesitan alojar datos confidenciales o información sensible, y cuentan con más presupuesto, la nube híbrida o privada es una buena alternativa.  

Es importante entender que no hay una solución estándar para todas las empresas, sino que las organizaciones deben tomar en cuenta la potencia de procesamiento que requieren, la capacidad de almacenamiento, entre otros factores que van a permitir seguir operando en la nube de manera eficiente. Incluso, la idea es que mudarse a la nube resuelva muchas de las limitaciones que presentan los centros de procesamiento de datos (CPD) locales, entre ellos, la enorme inversión de tiempo y dinero.  

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